COVID-19 en los países más pobres
Publicada el 3 de abril de 2020
Los países más pobres son los peor preparados para reaccionar ante una pandemia como la de COVID-19, tanto en términos de salud pública como en cuanto a la gestión del impacto económico. Medidas como las que se están tomando en los países más ricos son simplemente inconcebibles. Por ejemplo: en 2017, las cifras de población de España y Uganda no estaban muy lejos (unos 47 millones de habitantes en España y unos 41 millones en Uganda). Sin embargo, el gasto público en España era unas 140 veces mayor (unos 11.500 dólares per cápita en España frente a menos de 100 en Uganda). Es fácil imaginar que, con 100 dólares al año por habitante "para todo", la respuesta de Uganda a COVID-19 tendrá que ser, necesariamente, limitadísima.
Además, en lo países más pobres, COVID-19 se suma a muchas otras enfermedades que tienen un coste permanente en términos de salud, productividad y vidas. Por hacernos una idea de la magnitud de los problemas de salud en estos países: al escribir este post, hay 54.136 muertes atribuidas a COVID-19 en todo el mundo; las muertes atribuidas a la malaria son de cientos de miles cada año (ej: 405.000 personas fallecidas a causa de la malaria en 2018, de las que 272.000 eran niños de menos de 5 años).
Cómo ayudar
Pronto lanzaremos en España la fundación Ayuda Efectiva, que utilizará las donaciones para financiar aquellos programas que ayudan a más personas de forma más significativa. Mientras tanto, queremos recomendar algunas otras oportunidades para ayudar que pueden ser muy efectivas.
Una buena forma de contribuir es no dejar de financiar los programas que han demostrado ser muy eficaces para reducir la enfermedad y la mortalidad en los países más pobres. Against Malaria Foundation (AMF) compra, distribuye y verifica la utilización de mosquiteras de larga duración tratadas con insecticida. Es una de las iniciativas de salud con mejor relación coste-efectividad: reduce significativamente los casos de malaria y la mortalidad asociada y manternerla en marcha es esencial para no sobrecargar aún más los frágiles sistemas sanitarios de los países en los que trabaja AMF. Actualmente están recaudando fondos para la compra y distribución de mosquiteras en República Democrática del Congo, Togo y Uganda.
Como bien sabemos en España, uno de los efectos de la pandemia y las medidas de contención es el deterioro de la actividad económica. GiveDirectly está poniendo en marcha un programa para enviar dinero directamente a familias que viven en pobreza extrema en zonas urbanas, que pueden ser las más afectadas por la pandemia y por las restricciones al movimiento. Los primeros beneficiarios serán habitantes de los barrios marginales de Nairobi. El gobierno de Kenia ha impuesto medidas de distanciamiento social, restricciones a la actividad económica y un toque de queda desde las 19h hasta las 5h. Independientemente de COVID-19, los programas de GiveDirectly en Kenia, Liberia, Malawi, República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda siguen siendo una oportunidad muy efectiva para ayudar a algunas de las personas que viven permanentemente en condiciones precarias.
Por último, la Fundación Gates está trabajando en soluciones de diagnóstico, tratamientos, desarrollo de vacunas y ayuda a los sistemas de salud de los países más pobres. Aceptan donaciones para su Combating COVID-19 Fund.
De cara al futuro, pensamos que es esencial invertir en la preparación para pandemias y riesgos biológicos. Para donantes que prefieran ese tipo de inversión frente a la ayuda directa, el Center for Health Security de Johns Hopkins es una muy buena opción.
La irrupción de COVID-19 ha trastocado nuestras vidas y está teniendo consecuencias importantes en nuestros países. Sin embargo, para todos quienes nos lo podemos permitir, ayudar a las personas que viven en pobreza extrema sigue siendo la opción que maximiza nuestro impacto positivo en el mundo.
¡ , por favor!