¿Hay formas efectivas de ayudar en emergencias humanitarias?

Guerras, terremotos, tsunamis, inundaciones, erupciones volcánicas… Cada cierto tiempo, una emergencia humanitaria nos hace conscientes del sufrimiento humano y despierta nuestra necesidad de hacer algo al respecto. Ante las imágenes que copan los medios tras una emergencia humanitaria, no hay nada más humano que el impulso de AYUDAR AHORA.

Cuando esto ocurre, muchas personas nos preguntan si tenemos algún programa de ayuda específico o, alternativamente, cuáles son las formas más efectivas de ayudar. ¿Es posible conseguir que esa ayuda inmediata sea efectiva? ¿Y cómo de efectiva sería en comparación con otras alternativas? En este artículo compartimos nuestro planteamiento general para maximizar el impacto de las donaciones, consejos para la ayuda en emergencias y algunas reflexiones finales.

El modelo de Ayuda Efectiva

Aunque, a primera vista, puede resultar contraintuitivo, nuestro objetivo no es encontrar las formas más efectivas de ayudar en cada problema. Nos gustaría poder resolver todos los problemas, pero la realidad es que los recursos destinados a la ayuda son muy limitados. Si no priorizamos bien nuestros esfuerzos, podríamos dejar de ayudar a muchísimas personas. Por este motivo, nuestro trabajo empieza por identificar los problemas en los que podemos conseguir un mayor impacto.

Cuando hablamos de impacto, priorizamos especialmente salvar vidas. Para lograr el máximo impacto, identificamos los programas que consiguen salvar más vidas con unos mismos recursos. En general, se trata de programas que afrontan problemas grandes, solucionables y relativamente desatendidos. Un ejemplo es la malaria, que (sin acaparar titulares) sigue provocando la muerte de más de 9.000 niños pequeños cada semana.1

Podemos ayudar mucho más en las tragedias silenciosas

Cuando nos contactan buscando formas de ayudar en emergencias humanitarias, invariablemente se trata de tragedias que están siendo cubiertas a diario en las noticias. Ante las imágenes de destrucción y sufrimiento, todos sentimos la necesidad de ayudar. Lo que no solemos pensar es que, precisamente porque esa emergencia recibe tanta atención mediática, los recursos que se van a destinar a ayudar van a ser muchísimo mayores que en otros problemas menos visibles (y en los que, tal vez, la necesidad sea mayor). Como consecuencia, el impacto de las donaciones adicionales va a ser mucho menor que en las tragedias silenciosas, que no son noticia. En Ayuda Efectiva creemos que una vida humana tiene el mismo valor en cualquier lugar del mundo y, por ello, seguimos centrados en los programas que consiguen evitar más muertes, sobre todo de niños, allá donde ocurran y sea cual sea su causa. Lo que nos llama la atención o nos conmueve más puede estar muy alejado de las mayores causas de sufrimiento y muerte en el mundo: enfermedades y consecuencias de la pobreza que, por ser habituales, no son noticia.

Otra parte importante del planteamiento de Ayuda Efectiva es financiar exclusivamente programas para los que tenemos una evidencia sólida: que su eficacia haya sido probada empíricamente y que su relación coste-efectividad esté verificada de forma independiente. Los datos de efectividad comparativa en catástrofes recientes y emergencias escasean. Los análisis disponibles apuntan a que las donaciones a desastres publicitados a nivel mundial tienen un menor impacto que las que afrontan problemas alejados de las cámaras. En la vorágine que resulta del deseo de ayudar en las emergencias, puede ocurrir incluso que parte de la ayuda se desperdicie o que se recaude más dinero del que se puede utilizar productivamente.

Por todos los motivos anteriores, no podemos hacer una recomendación fiable sobre formas verdaderamente efectivas de ayudar en emergencias humanitarias. Sin embargo, sí podemos compartir algunos consejos sobre cómo aumentar la probabilidad de que la ayuda tenga impacto.

Mejores y peores formas de ayudar en emergencias

Las donaciones son una herramienta increíblemente flexible, pero no solucionan todos los problemas. Algunos, como la destrucción y muerte que dejan a su paso un terremoto o la invasión de un ejército, no pueden evitarse con donaciones. Por otro lado, los supervivientes de esas catástrofes se enfrentan a grandes problemas y muchos tienen que rehacer sus vidas. Es aquí donde la ayuda puede resultar útil si se enfoca adecuadamente:

Dona dinero, no cosas

Donar cosas y cargar un contenedor con nuestras propias manos puede ser muy satisfactorio: sentimos que estamos ayudando. Sin embargo, hay bastantes posibilidades de que esa ayuda sirva de poco o que incluso desayude:

  • Estamos demasiado alejados para poder determinar qué cosas van a resultar útiles cuando lleguen al lugar de la emergencia. Puede que lo que enviemos no se necesite; que no sea adecuado para el clima local; que sea culturalmente inapropiado o que, simplemente, no tenga valor.

  • La gestión logística de la ayuda humanitaria en grandes emergencias es compleja. La recepción, descarga y procesamiento de un contenedor lleno de cosas poco útiles puede dificultar y retrasar la recepción de materiales críticos o mucho más importantes.

  • Es muy probable que el dinero invertido en el envío de cosas pueda ser empleado muchísimo mejor por las organizaciones que trabajan sobre el terreno. Incluso los alimentos, en muchos casos, podrían obtenerse localmente o a escala a precios más bajos que los invertidos aquí por las personas que compran unas latas y costean el transporte para enviarlas. El abastecimiento local podría también beneficiar a las regiones que acogen a los refugiados.

Dona a organizaciones con experiencia en la zona

El conocimiento local es esencial. ¿Qué cuerpos de emergencia trabajan ya en la zona? ¿Cómo son la cultura y las costumbres de los afectados? Es mucho más probable que tu ayuda se utilice de forma efectiva si donas a organizaciones profesionales, experimentadas en la atención de emergencias y con un excelente conocimiento local (idealmente aquellas que ya estaban activas en la zona de la catástrofe antes de que sucediera).

Haz donaciones no restringidas

Si has decidido confiar en una organización, te recomendamos que no restrinjas tu donación para que se utilice exclusivamente en la actual emergencia. Es posible que no se pueda utilizar de forma efectiva en este momento o que, dentro de unos meses, surja una emergencia de igual gravedad pero menos mediática. Si confías en la organización, deja que sean ellos quienes decidan cuál es el mejor uso de tu dinero.

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Aunque en muchas de las áreas que hemos mencionado no podemos recomendar con suficiente certeza organizaciones específicas, nuestro partner GiveDirectly pone en marcha programas de entregas de dinero para algunas emergencias. Puedes consultar si están trabajando en alguna emergencia específica en su página web. (Nuestro programa de entregas de dinero a personas en pobreza extrema, también implementado por GiveDirectly, no cubre las emergencias por los motivos mencionados anteriormente).

Más allá de las catástrofes recientes

Lo natural cuando estamos expuestos repetidamente a las imágenes de una tragedia es sentir la necesidad de ayudar. Sin embargo, si nos paramos a pensarlo, que nuestra ayuda dependa completamente de qué está copando la atención de los medios no parece el mejor criterio. Tenemos dos consejos adicionales para ayudar mejor, que son los que nosotros mismos nos aplicamos en Ayuda Efectiva.

Amplía el alcance de tu empatía

Si el drama de una emergencia humanitaria te ha sensibilizado no solo respecto a esa tragedia concreta, sino respecto al sufrimiento humano en general, puedes plantearte donar también a los programas que más vidas salvan, especialmente de niños pequeños. Hay pocas tragedias peores que la muerte de niños menores de 5 años por enfermedades prevenibles o curables como la malaria, las derivadas de la deficiencia de vitamina A o la ausencia de vacunación.

Dona regularmente una parte de tus ingresos

Como hemos comentado, es muy normal que sientas el impulso de ayudar al ver continuamente las imágenes de un problema concreto en los medios. Sin embargo, sabemos que hay problemas similares provocando muerte y sufrimiento a diario sin salir en las noticias. Si quieres ayudar de forma más efectiva, sin ser manejado por la emoción (o la ausencia de emoción) de cada momento, te recomendamos que automatices, como un hábito recurrente, donar un porcentaje de tus ingresos a programas efectivos. De esta forma, conseguirás ayudar siempre, incluyendo a millones de personas que no tienen el beneficio de la atención mediática.



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